En un artículo publicado en El Pais el pasado 23 de marzo, se explica con cifras cómo se ha desarrollado la industria cosmética en Corea del Sur y como este pequeño país le está echando un pulso a Japón en un terreno donde los nipones no tenían competencia en el entorno asiático.

La historia de la pujanza de la cosmética coreana, a consecuencia de la exportación de la filosofía de la belleza asiática al mundo occidental a precios competitivos, se originó a raíz de las ya archifamosas BB creams, es decir, ese tipo de producto todo en en uno -tratamiento facial y maquillaje- a cuyos encantos económicos no han tenido más remedio que rendirse todas o casi todas las pequeñas y grandes marcas de la cosmética occidental.

Curiosamente, y como ya es suficientemente conocido, la fórmulación de las BB creams (o Blemish Balm creams) no es un invento de Corea del Sur, sino de una doctora alemana que con esta especie de ungüento pretendió dar a sus pacientes tanto tratamiento como camuflaje para las imperfecciones causadas por las patologías cutáneas o intervenciones con peelings, laser, etcétera.

Pero fueron los coreanos del Sur de la Península asiática los que supieron sacarle todo el potencial cosmético al invento y convertirlo en la piedra sobre la que han levantado lo que ya es un imperio cosmético que invade Occidente.

No es que es la cosmética asiática y su especial filosofía sea algo nuevo entre nosotros. Lo que ocurre es que, hasta hace relativamente poco tiempo, esta filosofía  venía siendo impartida exclusivamente por dos grandes de la cosmética japonesa, Kanebo y Shiseido, que se situaban a la par, o incluso por encima, de las grandes marcas occidentales. Tanto en calidad como en precio. Además,  Kanebo y Shiseido  tuvieron la buena vista comercial ya desde su inicial desembarco de adaptarse a la noción de la cosmética en Occidente, algo que se nota claramente cuando se conocen las versiones más auténticas de las costumbres en el uso de la cosmética de las asiáticas y los productos de segundas marcas que ambas firmas comercializan en Asia. Por ejemplo Labsuka, Kate y Naibe en el caso de Kanebo e Integrate Gracy y Aqua Label en el de Shiseido.

¿Qué tiene entonces de especial la cosmética coreana? Sobre todo, excelente calidad a muy buen precio. Se trata de productos con una gran concentración de principios activos en sus formulaciones, de texturas ligeras y agradables y, también, un packaging original, con ese toque ingenuo que a las jóvenes parece volverlas locas.

Los coreanos parecen tener especial fijación por incorporar a sus fórmulas dos de las sustancias que mayor relevancia real tienen para la mejora o mantenimiento de la calidad de la piel, como son el ácido hialurónico y el colágeno, aunque también trabajan con formulaciones con la baba de caracol y otras sustancias como extractos de frutas, verduras y hortalizas, algas y sake.

Son productos que, en ocasiones, no se corresponden con las tipologías a las que estamos acostumbrados, pero que son tremendamente agradables de usar y, en general, realmente eficientes.

Como ejemplo cabe citar las llamadas lociones, que parecen tónicos pero no lo son, se usan a modo de serums ligeros y  se aplican con rituales de masaje especiales para su mejor penetración. Se trata, por cierto, de productos muy adaptados a los usos y costumbres masculinos, un mercado en el que las marcas tradicionales de la cosmética Occidental tratan de abrir brecha con escaso éxito por el momento.

He aquí algunos de estas lociones o serums ligeros:

Las expertas en cosmética y las iniciadas en los productos coreanos vienen acudiendo a  páginas como sasa.com  o la vendedora de ebay bello-girl para hacerse con sus tesoros asiáticos, pero ya son varias las webs españolas especializadas en la venta de productos cosméticos de Corea del Sur y otros países del entorno, como http://mitocadorcoreano.com/  y http://www.koreanqueens.com/es/, entre otras de carácter general que han incorporado algunos productos de cosmética coreana a su oferta, como http://www.canariasmakeup.com/.

Llegados a este punto, muchas y muchos se estarán preguntando a qué viene el título de este artículo (BomBas contra BB creams) más allá del juego, facilón lo admito, con la repetición de la B. No va mucho más allá de eso. No pretendo, es obvio, sugerir que Corea del Sur podría responder a un supuesto ataque de Corea del Norte lanzando con furia sus BB creams contra los que fueron sus hermanos. Si eso ocurriera, la Diosa Fortuna lo impida, todos sabemos que la respuesta de Corea del Sur se produciría a través de la Fuerzas Armadas de EE.UU. Pero esto, como habrán comprobado, no es un artículo de política internacional.